Cuando pensamos que en este mundo todo son malas noticias, un suceso como el que os voy a relatar nos devuelve la confianza y la convicción de que los milagros existen.
Esta historia, aunque difícil de creer,es totalmente cierta, pero no daremos nombres, ni de personas ni de lugares.
Hace unas semanas, una familia de nuestro pueblo, muy querida por nosotros, vino a pasar un fin de semana a nuestra Aldea Ecorural. Venían a celebrar el cumpleaños de la abuela. Eran cuatro generaciones de una misma familia, disfrutando todos juntos de la naturaleza, algo difícil de ver hoy en día.
Por supuesto, estuvimos de barbacoa con ellos ya que, por la distancia que nos separa, nos vemos en muy pocas ocasiones.
Fue en uno de esos momentos de tertulia, alrededor del fuego, donde el padre nos contó, bastante afligido que, de camino hacia nuestra Aldea, al pasar por dentro de un pueblo, habían atropellado a un perrito con el coche. Estuvieron mirando por todas partes para socorrerlo pero no pudieron encontrarlo. Y, pensando que habría escapado, continuaron el viaje.
Bueno, el caso es que esta familia estuvo 3 días con nosotros, hizo su viaje de vuelta (algo más de 100km.) y, durante los días siguientes, siguieron haciendo kilómetros con su coche, debido a su trabajo.
El milagro viene cuando, a los 12 días de haber atropellado al perrito, el hijo escucha unos ruidos extraños en su coche y, al abrir el capó, encuentra al animal atrapado allí y ¡¡¡vivo!!!
Tuvo que desmontar el radiador del coche para poder liberarlo.
El animalito como se puede ver estaba muy delgado pero, gracias a que estaba muy bien cuidado, parecía que tenía buena salud, aun así lo llevaron al veterinario que se quedo muy sorprendido como se encontraba el perrito después de tantos días sin comer ni beber.En seguida se lo llevaron a casa y lo alimentaron. Y nos enviaron unas fotos, para que las enviáramos, si conocíamos a alguien de aquel pueblo.
Como no teníamos el teléfono de nadie de allí, ellos mismos se pusieron en contacto con el ayuntamiento de este pueblo y, al día siguiente, ya sabían quien era la dueña del perrito.
Lo llevaron hasta allí y le dieron la alegría de su vida a una niña. Una niña para la que aquel perrito, por circunstancias familiares, era muy especial. De repente nació un bonito vinculo entre aquellas dos familias, ofreciéndoles los dueños del perrito aceite y detalles varios por aquel gesto tan humano.
Me emociono cuando escribo esto porque, contra todo pronóstico, nadie sabe cómo, aquel perrito aguantó y aguantó, atrapado, sin comida, hasta que lo devolvieron a su dueña.
No se puede pedir mejor regalo de Navidad para una niña que había perdido su mascota y la recupero.
Desde Aldea Ecorural, en Castellón, nuestro máximo deseo es que todos tengáis finales tan felices como este, en todos los aspectos de vuestra vida.
¡¡¡¡Feliz Navidad a todos!!!!